Más de 40.000 hectáreas quemadas en el primer trimestre del año, frente a esta catástrofe ecológica, social y económica: prevención, educación y tecnología
A falta de que el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico publique el avance de datos de incendios acumulados durante los tres primeros meses del año, los datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS), que usa para sus estimaciones imágenes satelitales de Copernicus, recoge más de 40.000 hectáreas arrasadas hasta el 10 de abril de 2023. Foto desde el satélite europeo Copernicus del incendio de Villanueva-Castellón el 26 de marzo 2023.
Estas cifras irán en aumento según las previsiones más realistas, que se basan en los datos de estos primeros tres meses del año, y que los comparan con años anteriores. En este sentido, España ha sufrido más pérdidas de superficie boscosa en este trimestre que en 2010, 2014 o 2018. El Centro Nacional de Emergencias se ha reunido hace unos días con la intención de adelantar el inicio de la campaña contra incendios en todo el país ante la situación de sequía y altas temperaturas que vive buena parte del territorio. Comunidades Autónomas, como Andalucía, han decidido igualmente adelantar la campaña quince días respecto a los últimos años, ya que lo habitual era firmarla el 1 de mayo.
Desde TECNIFUEGO, Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, creemos que para hacer frente a esta catástrofe ecológica, social y económica urge tomar medidas en materia de educación y concienciación, prevención y tecnología aplicada a los incendios.
De entre todos los daños que produce un incendio forestal, hay dos aspectos especialmente graves, como son la emisión a la atmósfera de CO2 y gases contaminantes que dañan el planeta y su medioambiente; y el riesgo para las personas en la interfaz urbano-forestal.
Ante estos peligrosos efectos de los incendios, la sociedad debe concienciarse en que la solución no es una, ni es fácil. Múltiples respuestas globales aportadas por cada uno de nosotros, en nuestros respectivos ámbitos y alcances, conseguirán dar respuesta a esta emergencia civil. Así, creemos que la protección contra los incendios forestales también debe realizarse desde el compromiso de esa responsabilidad individual. Esta visión del panorama debe alcanzar la autoprotección en viviendas, municipios y urbanizaciones cercanas a bosques. La administración pública por su parte debe invertir, además de en prevención y en tecnologías y personal de extinción, en campañas a los ciudadanos, que extiendan la idea y los métodos para la autoprotección en cada municipio, urbanización y vivienda situados en la interfaz urbano forestal.
Desde TECNIFUEGO, para lograr una autoprotección adecuada, recomendamos la gestión forestal o gestión del paisaje; la implementación de una protección integral en las viviendas cercanas a bosques, que incluya la protección pasiva en la edificación e integre reacción y resistencia al fuego, en la jardinería preventiva, en la limpieza perimetral y tipos de cortafuegos, tanto en cada parcela como en la urbanización; en la instalación de hidrantes exteriores; dentro de las viviendas se deben instalar equipos y sistemas de prevención y extinción, como detectores, extintores, mantas ignífugas, BIES, rociadores, etcétera.
La combinación de concienciación, autoprotección, gestión forestal e inversiones en material y equipos para la defensa y lucha contra los incendios, son fundamentales para poner freno a esta nueva realidad que está poniendo en peligro a las personas, la atmósfera y, en definitiva, a todo el planeta.
